Saturday, 4 May 2013

Tasa de transacciones financieras

La semana pasada Intermón Oxfam (IO), una organización no gubernamental que trabaja temas sociales en varios países del mundo, publicó un documento muy conciso y claro sobre la urgente necesidad de establecer, no sólo en Europa sino en todo el mundo, la denominada Tasa sobre las Transacciones Financieras (TTF). Más de diez países del continente europeo ya habían anunciado su aplicación a partir de enero de 2014, entre ellos los dos principales de la región, es decir Alemania y Francia, lo cual indica que seguramente dentro de poco tiempo lo hará la Unión Europea en su conjunto.
La razón fundamental para el establecimiento de esta tasa, misma que algunos designan de “Robin Hood”, es la lacerante situación de más de mil 200 millones de seres humanos que viven en situación de pobreza, de los cuales 870 millones sufren hambre; en México, según los últimos datos, son casi ocho millones de personas las que la padecen. Y, por desgracia, todos los especialistas indican que esta cifra crecerá en el corto plazo, debido a la crisis que se vive en la actualidad, principalmente en el continente europeo.
Sin embargo, como bien indica IO, el sistema financiero goza de buena salud. Sólo hay que considerar que, a nivel mundial, las transacciones financieras superan en 75 veces a las transacciones de la economía real, es decir, del conjunto de las actividades productivas que compone el comercio de bienes y servicios; así como que el mercado de divisas es 15 veces superior al Producto Interno Bruto (PIB) del planeta y 60 veces mayor que el comercio. Crece la economía irreal y también crece la pobreza en el mundo; ésta es la cruda realidad.
En muchos países se han hecho cálculos sobre cuánto representaría la TTF, misma que se propone fijar en 0.1% sobre la compraventa de acciones y bonos, y únicamente de 0.01% sobre el intercambio de los llamados productos derivados, es decir, sobre las operaciones de más alta especulación. El Instituto de Estudios Económicos Alemán ha hecho cálculos y considera que con esas pequeñas tasas podrían recaudarse alrededor de 37 mil millones de euros.
Cada día aumentan la pobreza y la desigualdad; y esto fue reconocido en el pasado Foro Económico Mundial efectuado en Suiza, en el que se mencionaron como los dos riesgos más graves a nivel planetario, la desigualdad en los ingresos y los desequilibrios fiscales, derivados no de un gasto público excesivo sino de la debilidad de los sistemas impositivos de casi todos los países, por supuesto, incluyendo al nuestro.
Si, tal como estima el Instituto de Desarrollo Internacional del Reino Unido, a esta situación tan grave le agregamos que, debido a la recesión mundial, los países pobres perderán 184 mil millones de euros por el descenso del comercio; que habrá recortes en la ayuda que tradicionalmente otorgan los países desarrollados a los primeros mencionados y que descenderán las remesas, se vuelve urgente realizar una reforma tributaria que abarque a toda la población, en donde no se suban los impuestos ni se penalice el ahorro de la mayoría de los causantes, que incorpore a la economía informal dentro del sistema y se incrementen las tasas impositivas a las grandes fortunas, a las grandes empresas y a los grandes defraudadores, quienes utilizan la llamada ingeniería financiera para pagar lo menos posible y enriquecerse lo mayormente posible, como ocurre en nuestro país, para que sean quienes aporten los recursos necesarios para reducir la desigualdad.
La aplicación de la TTF debe garantizar que los recursos obtenidos sean destinados en primer lugar al combate a la pobreza para que no acaben siendo destinados a otro posible rescate de los bancos. Por ello, tendría que estar ya en el orden del día de los gobiernos y parlamentos, puesto que no estamos hablando de papeles o asientos contables electrónicos, sino de cientos de millones de personas de todas las edades que ayer, hoy y mañana pasan y pasarán hambre.